Storytelling ¿Por qué al cerebro le gustan tanto las historias?

*Por Carla Gagliardi Fundadora & Directora Ejecutiva RAKU PR.


La comunicación es una de las bases de las relaciones, cualquiera sea su tipo: de amistad, laborales, comerciales etc. Somos seres emocionales, que socializamos y nos comunicamos de múltiples maneras y así nos vinculamos con el entorno del que somos parte.
Con los cambios que hemos sufrido en el mundo en los últimos años, la comunicación ha cobrado un papel fundamental entre las marcas y las personas: pasamos de una comunicación funcional a una emocional, buscamos relacionarnos, ser gatilladores de emociones e impulsar a la acción a través de campañas de marketing, publicidad y PR.

Storytelling: el arte de contar historias

Es una de las formas más antiguas de comunicación. Nuestros antepasados, antes de que existiera el lenguaje escrito, contaban historias para transmitir creencias, valores, hechos, tradiciones. La Mitología Griega es un ejemplo de ello. Con los años, profesionales del marketing y las relaciones públicas han perfeccionado esta forma de comunicación para generar un vínculo emocional con la audiencia, con múltiples objetivos: brand awareness, ventas, captación de leads, entre otros.

Ahora, entender por qué la historia tiene relevancia y cobra mayor interés para nuestro cerebro es clave para poder llevar adelante un buen desarrollo del storytelling. Uno de los cometidos de nuestro cerebro es el de procesar los impulsos que le mandan los sentidos. Cuanto más sentidos estén involucrados en la recepción de un mensaje, mayor será la predisposición de nuestro cerebro para procesar la información. Es por esto que cobra mucha relevancia organizar un relato claro, asertivo y repleto de estímulos para nuestros sentidos: imágenes, videos, sonidos, música y personajes. Aquí el componente emocional es muy importante también, ser un gatillador externo de emociones afines a lo que se está comunicando es muy importante, utilizando a su vez un código y un lenguaje compartido para que la audiencia se sienta parte de la trama, la adopte y la comparta. 

Diversos estudios relacionados con las neurociencias han demostrado que las historias producen liberación de oxitocina, la llamada “hormona del amor”. Por eso las historias que hablan de personajes, desafíos y superación aumentan la empatía en el receptor, lo conecta con sus emociones o su propia historia, haciendo que se involucre con la causa o el personaje.

La comunicación debe ser inspiradora

Motivar, impulsar, inspirar … ¿ A qué? A cualquiera sea el propósito comunicacional, pero fundamentalmente, ¡una buena historia es compartida!

En la era de las redes sociales, todos comprendemos lo que es compartir. Además de la acción de incrementar la visibilidad y viralidad de la historia, está el eje invisible que tiene que ver con tocar la fibra de la propia audiencia, para que, al sentirse parte, accione. La historia no sirve si quien la escucha no hace nada con ella. Debe estimular la imaginación y la pasión, crear un sentido de comunidad, inspirar a la acción, ser memorable y compartida.  

¿Cómo inspiro? A través del relato y no de la palabra aislada. Las palabras tienen poder cuando están enmarcadas en una historia.

El storytelling se ha convertido en un elemento fundamental de las campañas publicitarias más exitosas. Determina la diferencia entre las marcas que vibran, las llamadas “love brands”, de aquellas otras que apenas se comunican y consiguen negocios ocasionales. Se debe pensar en la importancia de las historias. No solo en el descubrimiento de la marca, sino en la preferencia (compra) y luego retención o fidelización.

Los invito a crear relaciones relaciones significativas y duraderas con los consumidores a través del storytelling. Todos tenemos una historia, en RAKU contamos la tuya.